Hace 9 años
viernes, 5 de junio de 2009
Soy Leyenda.
Espectacular, demoledor, imparable, insultante...Todos esos calificativos sirven para describir la actuación de Kobe Bryant ayer, en el primer partido de las finales de la NBA. El escolta angelino no tuvó piedad de ninguno de sus defensores, ni Pietrus, ni Lee, ni nadie; cuando el 24 está enchufado, todo lo que puedes hacer es apartarte de su camino. 40 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias llevaron su firma, pero más alla de números, la sensación de dominio y de superioridad que demostró, resultó aterradora para unos Magic de Orlando que fueron testigos excepcionales de una nueva proeza de la "mamba negra".
Hace unos meses, con motivo de los 61 puntos que Bryant anotó en el Madison, escribí aquí que cada vez que Kobe juega tiene una cita con la historia; ayer, este prodigio nacido en Philadelphia y criado en Italia, subió un par de escalones más en su camino al olimpo de los Dioses del baloncesto.
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