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sábado, 27 de diciembre de 2008

Dwyane Wade. Flash resurge de sus cenizas.


En junio de 2006 maravilló a todo el mundo con una actuación memorable en las finales de la NBA. Con 2-0 en contra en la eliminatoria, Wade se echo a su equipo a la espalda y Miami se proclamó campeón por primera vez en su corta historia al ganar los cuatro partidos siguientes. En esos momentos el escolta nacido en Chicago era el rey del mundo, MVP de las finales y campeón en su tercer año en la liga, la proyección de la estrella de los Heat parecía no tener límites, pero entonces todo se fue al traste.
La siguiente temporada una luxación en el hombro impidió a Dwyane jugar bastantes partidos de liga regular, pero sobre todo le mermó considerablemente en las eliminatorias por el título, donde los Heat cayeron 4-0 ante unos jóvenes Chicago Bulls. Despues de un largo verano trabajando por volver a su mejor forma, la nueva temporada comenzaba con mal pie para Wade, sus problemas en el hombro seguían ahí, pero además por si eso fuera poco, sendas lesiones en la rodilla y en la muñeca le hicieron perderse la mayor parte de la temporada. El paso por el quirofano era necesario e inevitable si Wade quería volver a ser el de antes.
En ese momento surgieron las dudas sobre su recuperación, sobre si alguna vez volveriamos a ver al Wade del año 2006. Los fantasmas del pasado sobrevolaban al genio de Illinois, los nombres de grandísimas estrellas que se convirtieron en simples jugadores de rotación por culpa de las lesiones como Penny Hardaway o Grant Hill salían a la palestra en cuanto se hablaba de su regreso a las canchas. Afortunadamente todas las dudas se despejaron en cuanto comenzaron los Juegos Olímpicos de Pekin.
En la cita olímpica Wade fué con diferencia el mejor jugador del equipo americano que se colgó el oro al cuello, pero lo más importante fué que desde el primer partido pudimos comprobar que su forma de jugar no había cambiado ni un ápice, su forma de atacar el aro con violencia desde su escaso 1,93 de estatura era un aviso inequívoco de que el auténtico Flash estaba de vuelta, y esta vez para quedarse.
Ahora tras dos meses de competición, podríamos decir sin miedo a equivocarnos que Wade es el MVP de lo que va de temporada con unos brutales promediois de 29 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias por partido, pero sobre todo, su gran mérito es mantener a Miami Heat en el sexto puesto de la conferencia este con 16 victorias y 12 derrotas.
Ya podemos estar tranquilos, el baloncesto ha recuperado a una de esas estrellas capaces de entusiasmar a millones de aficionados, un jugador que posee el carisma de las estrellas de otras décadas, un hombre que reinventa el espectaculo en cada acción, un ganador implacable que lleva camino de convertirse en leyenda de este deporte. En definitiva, hemos recuperado a Dwyane Wade.

1 comentario:

KeMP dijo...

no me gusta nada Wade, me parece un poquito antibasket. es todo físico, y muchos de sus movimientos de bote rozan lo ilegal, además los árbitros lo miman demasiado.

 
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